Nada Es Lo Mismo

Nada Es Lo Mismo

La lágrima fue dicha.

Olvidemos

el llanto

y empecemos de nuevo,

con paciencia,

observando a las cosas

hasta hallar la menuda diferencia

que las separa

de su entidad de ayer

y que define

el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído

fruto,

por el fracaso

de ese deseo hondo,

compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.

Después de haber hablado,

de haber vertido lágrimas,

silencio y sonreíd:

nada es lo mismo.

Habrá palabras nuevas para la nueva historia

y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Angel Gonzalez

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